A la cabeza del Grupo Deluz, el chef insiste en que los restaurantes tengan el mismo tipo de ayuda que otros sectores, ahora que la reciente prórroga de Ertes trae consigo efectos erosionantes para miles de establecimientos ya frágiles en todo el país. “Detrás de los restaurantes estamos personas que nos llamamos restaurantes pero que somos pequeñas empresas. Al revés que en buena parte de Europa, donde reinan las grandes cadenas, muchos restaurantes no rozan siquiera el 5% de beneficio”. Y sin embargo ahora estos porcentajes cambian y por eso advierte: «desde la tranquilidad que nos da una mesa en un restaurante, nos gustaría que hubiera un pacto”. En Gastronomía360 compartimos carta escrita por el propio Zamora:
Los restaurantes son esenciales para la identidad de este país. Sirven para juntar a familias que llevaban meses sin verse alrededor de una mesa donde reviven esas historias vividas, y se cuentan los planes que tienen. Sirven para establecer pasos y lazos en el amor, en las parejas. Sirven para acercarte, para juntar pensamientos, para compartir risas e historias de tu pasado, para que el otro con una botella de vino compartida quiera pasar el resto de la vida contigo. Sirven para agradecer al otro cuando le invitas, decirle lo mucho que le quieres, que le admiras, que le respetas y lo mucho que te importa su opinión alrededor de una mesa cuando las ideas, pensamientos y palabras se empiezan a juntar. Los restaurantes sirven siempre para estrechar lazos, de los que sean; familiares, de trabajo, de amor, básicamente de vida. Uno siempre sale de un restaurante un poco más vivo.
Los restaurantes son también mesas de acercamiento de posturas y de eso estamos seguros los que trabajamos en ellos, porque hemos visto a nacionalistas, negacionistas, intransigentes, regionalistas, de un partido u otro compartir mesa y mantel y al comer cosas ricas y sentir todos lo mismo darse cuenta de que en el fondo todos somos iguales.
Hemos visto a grandes industriales españoles traer clientes potenciales y conquistarles primero con sus empresas y con sus productos pero luego les hemos visto sellando pactos de amistad alrededor de una mesa con esos clientes gracias a esos restaurantes. Los restaurantes de este país estamos los 7 días de la semana, no cerramos, para que siempre podáis venir.
Los bares y restaurantes en este país que vivimos tienen mucha más importancia que en otros países. En España, en absolutamente todas las regiones, tenemos la misma forma de relacionarnos. Eso es lo que nos hizo ser y nos ha hecho ser una de las potencias más importantes del mundo en la industria del turismo. Tenemos el turismo que tenemos porque a los extranjeros les fascinan nuestros restaurantes, nuestra anarquía con las horas de comer y cenar, nuestra forma de ir y venir de bar en bar para picar la cosa más rica de cada sitio donde cada una tiene su historia. A los extranjeros les vuelven locos esa forma que tenemos de buscar cualquier excusa para juntarnos alrededor de una mesa con un producto, con una receta especial, con una forma diferente de comer cada dia de la semana, que si menú del día, que si parar 3 horas al mediodía para comer y charlar con siesta o copita incluida. La industria hotelera de este país no habría cojido auge sino hubiera tenido en las ciudades y los pueblos esos bares y restaurantes que hacen que España sea lo que es, un país increíblemente apetecible y variado para venir. Detrás de los restaurantes estamos personas que nos llamamos restaurantes pero que somos pequeñas empresas, medianas y muy pocas grandes al revés que en Europa donde reinan las cadenas.
Los restaurantes también somos el principal motor de una cosa muy importante en este país que son los pequeños productores, ganaderos, agricultores y artesanos. El 35% de lo que genera un restaurante tiene efecto mariposa con todos estos productores. El otro 40% en sueldos, salarios y seguridad social, el 20% en gastos generales de seguros, energía, alquileres, asesorías, gastos financieros y si te va muy bien y no te despistas al final de año puede que te quede ese 5% de beneficio que luego pagas los impuestos correspondientes como cualquier empresa.
Muchos restaurantes no rozan ese 5% y se quedan en menos. Ahora todos estos porcentajes cambian, el alquiler sube al no facturar tanto, la comida al no haber tanto volumen es más difícil de gestionar la merma, ajustar la productividad del equipo se hace más complejo. Por eso la viabilidad de los restaurantes en este país es tan frágil. Nos han reducido aforos, horarios, pero se acaba de aprobar una prórroga de ERTES que nos deja a los restaurantes fuera de la máxima protección que sí dan a otras industrias, en concreto a otras 42. Dan cobertura a actividades como la fabricación de metales preciosos, o la fabricación de alfombras y moquetas… Y sin embargo para la hostelería crean unos nuevos ERTES de difícil tramitación y con mucha menos cobertura de costes a la Seguridad Social, y la prórroga de los ya aprobados en los que también entra la hostelería no tiene ninguna exención para la Seguridad Social.
Por eso desde la tranquilidad que nos da una mesa en un restaurante, nos gustaría que hubiera un pacto, un pacto entre todos los españoles de todos los partidos políticos para crear un comité de expertos en restaurantes, para restaurar la fragilidad con la que se encuentra este sector. Un comité donde estén todo tipo de restaurantes, de cocina creativa, de cocina fusión, de cocina tradicional, regional, internacional y donde podamos crear soluciones a problemas concretos de este sector. Siempre desde la perspectiva de una gastronomía sostenible, de economía circular, responsable con el medio ambiente, apoyando a productores.
Porque si no nos encontraremos con un país borrado de esa forma de vivir que tenemos los españoles. Volverán los turistas a los hoteles pero cuando vayan a los pueblos y a las ciudades y vean que están sin restaurantes independientes y solo quedan cadenas de fast food con comida insostenible, los turistas no volverán. Y España, y las otras industrias dejaremos de ingresar todo lo necesario para soportar este estado tan preciado de bienestar donde reine la atención pública sanitaria, la educación y la cultura (que por supuesto es el gran motor ). Si no se apoya a los restaurantes, España perderá su gracia y gran parte de su creatividad y nos convertiremos en un país vulgar que perderá mucho turismo de calidad.
Creemos que el Gobierno tiene que dar la misma protección en los ERTES a la hostelería que a esas 42 actividades que ha dado la máxima protección, si quieren que sigan abiertos la gran mayoría de restaurantes el año que viene.
Carlos Zamora
Grupo Deluz y Compañia