24-7-2025

No todo el mundo quiere sol, arena y olor a cloro. Los hay que prefieren la penumbra de una habitación fresca, el resplandor azul del monitor y una pizza recalentada al lado del teclado. Mientras medio mundo se dora en las playas, hay quienes se dedican a cocinar sobre volcanes, servir ramen a esqueletos y orcos, emprender batallas de baguettes, abrir night-clubs en un mundo cyberpunk o diseñar vinos que jamás probarán. Son algunas de las posibilidades que nos ofrecen los diez videojuegos que recomendamos a continuación para estos días de solaz y esparcimiento.

Venba

El contexto de una familia india emigrante en Canadá sirve para desarrollar un juego en el que nos metemos en la piel de la madre, Venba, una mujer que trata de reconectar con la cultura de su país de origen a través de la cocina  y transmitir esas raíces a su hijo. Uno de los retos del juego consiste en llevar a buen puerto una serie de recetas tradicionales del sur de India (idli, biryani, dosa…) de un viejo libro  en el que aparecen emborronadas, por lo que finalmente el juego funciona como una especie de acertijo culinario. Con espíritu de novela gráfica animada, este juego nada inofensivo ofrece mucho más que simple entretenimiento: cultura, identidad, racismo, machismo y choques generacionales forman también parte de un menú primorosamente ilustrado.

Overcooked

El mítico Overcooked y su secuela siempre están en las listas de los mejores videojuegos culinarios de todos los tiempos. Solo por ver cómo los pequeños chefs deambulan por las cocinas más inestables (en food trucks en marcha, plataformas sobre lava, globos aerostáticos o islas flotantes) cortando, pelando y guisando desaforadamente como si de un reto por equipos de un Masterchef totalmente ido de madre se tratase, ya valdría la pena echarle un tiento. Pero es que además resulta francamente divertido y adictivo y sube aún más enteros cuando se juega entre amigos, repartiendo las tareas y tratando de mantener a este lado de la pantalla el silencio y el respeto que hoy debería ser norma en cualquier cocina profesional que se quiera sostenible en lo humano, evitando el insulto, la degradación y el lanzamiento de mando a la cabeza del compañero, por muy tenso que pueda resultar el servicio. No siempre se consigue, empero.

Nivalis

Los fanáticos del cyberpunk y muy especialmente de Blade Runner apreciarán la espectacular atmósfera de este juego (del que todavía solo tenemos un avance), que bien podría haber salido de los ojos de Ridley Scott y las orejas de Vangelis en sus mejores tiempos. Se trata aquí de irse abriendo camino en una monstruosa ciudad en la que, como en aquella Los Ángeles distópica, resulta difícil atisbar el cielo o distinguir entre el día y la noche, sembrada de rascacielos a distintos niveles entre los que vuelan todo tipo de naves. Se empieza con un pequeño puesto de comida a pie de calle para ir poco a poco escalando hasta llegar a gestionar bares, restaurantes y night-clubs, siempre ojo avizor, porque ya se sabe que en los mundos científico-ficticios los criminales callejeros, las grandes corporaciones y los traficantes de órganos están al acecho.

Cooking simulator

El realismo de este juego (aún más en la versión en VR) es tal que, más que un pasatiempos para andar entretenidos, se parece demasiado a un trabajo de verdad en una cocina profesional, y encima sin cobrar, pero con la ventaja de que aquí cada vez que nos quemamos, nos cortamos, provocamos un cortocircuito, inundamos el restaurante, decepcionamos al cliente o demostramos nuestra inaceptable incompetencia las consecuencias solo son virtuales. Las comandas aparecen en una pantalla donde también se nos indican los ingredientes y a partir de ahí arranca una cuenta atrás durante la que tendremos que buscar nuestras materias primas y utensilios y rematar el plato tan cerca de la excelencia como sea posible. Una vez entregada, cada preparación recibe una calificación a base de estrellas y también se recogen las quejas de los comensales, si las hubiese, que las habrá.

Dave the Diver

El concepto “del mar a la mesa” rige el funcionamiento del restaurante para el que el buceador Dave del título debe sumergirse en el océano en busca de criaturas marinas con las que proveer al chef Bancho, maestro del sushi. Para darle un poco de alegría a la cosa, Dave no solo se cruza con sardinas, atunes y pulpos, sino que también se topará con tiburones, monstruos y otros moradores semihumanos de las profundidades que dotan al juego de una dimensión aventurera extra, más allá de la que de por sí aporta la hostelería pura y dura. Llegada la noche, el jugador tendrá que convertirse en administrador, asistente del chef y camarero del restaurante. Como suele ser habitual, al ir avanzando tenemos la posibilidad de mejorar nuestro equipo, contratar personal y expandir el negocio, dependiendo de la ambición de cada cual.

Farm Together 2

Como ocurre en el mundo real, el primer sector también está infrarrepresentado en el mundo de los videojuegos gastronómicos. Uno de más populares es este Farm Together 2, en el que nos ponemos manos a la azada y al tractor para arar, sembrar, regar, eliminar malas hierbas y recolectar en nuestra pequeña huerta, que poco a poco irá creciendo si conseguimos sacar de la tierra verduras, hortalizas y frutas de la suficiente calidad.  Ideal para todos aquellos que tienen una imagen idílica del trabajo físico en el campo, de la labor paciente y pausada al aire libre, de los placeres de la espera y la contemplación de los tempos de la naturaleza, pero que nunca serían capaces de salir ahí fuera a jugarse las lumbares contra los elementos por el rédito de unas cuantas lechugas.

Cook, Serve, Delicious

Frenética saga de juegos (compuesta por Cook Serve Delicious 1, 2 y 3, Cook Serve Forever y el inminente Cook Serve Delicious Re-Mustard) solo apta para gastrogamers que jamás pierden el control ni la paciencia, pase lo que pase. El jugador se pone a los mandos de la cocina en distintos tipos de establecimientos (desde restaurantes en rascacielos hasta foodtrucks y eventos para ninjas) para cortar, cocinar, sazonar y servir (y sacar la basura y poner trampas para ratas) a toda velocidad, mientras ahí fuera la cola de clientes se va haciendo más frondosa e impaciente y los imponderables se multiplican (incluso puede uno toparse con molestos saboteadores). La coordinación ojo-mano y la capacidad mecanográfica de cada cual (para pulsar las teclas correctas en tiempo récord) son esenciales para sobrevivir al caos.

Galaxy Burger

Para quienes no puedan soportar los niveles de estrés, agitación y desenfreno de Cook, Serve, Delicious, he aquí una especie de versión rebajada con mucha agua y tranquilizantes. El punto de vista es similar al de la mencionada saga, pero en este caso nos vamos al año tres mil y pico para preparar tan solo hamburguesas, patatas, aros de cebolla y refrescos para nuestros clientes extraterrestres, que tienen la delicadeza de presentarse uno por uno, lo que resulta en un ritmo de trabajo muchísimo más manejable. Un juego tan cute como cozy en el que simplemente se trata de disfrutar de los dibujitos y relajarse escuchando el crepitar de las hamburguesas en la plancha, y que además nos da la oportunidad de jugar de forma cooperativa con hasta siete amiguetes.

Restaurats

Resulta que el protagonista de Ratatouille no era una excepción y que por lo visto hay muchas más ratas por el mundo con habilidades culinarias suficientes como para llevar a buen puerto un restaurante. En este caso, sin embargo, en lugar del perfeccionismo del Remy de Pixar, nos encontramos ante una brigada desquiciada que cocina, sirve e intenta sobrevivir en una taberna medieval infestada de criaturas fantásticas como vampiros, esqueletos y orcos con las que podemos batirnos en duelo de baguettes u otros alimentos-arma mientras tratamos de servir platos tan extraños como descacharrantes. Se trata de un juego multijugador cooperativo en tres dimensiones en el que no es raro que los platos vuelen y los cócteles exploten.

Hundred Days

¿Alguna vez has soñado con tener tu propia bodega? ¿Con desarrollar tu propio vino, al margen de modas, lleno de personalidad, capaz de acoger en su cuerpo el clima, el carácter, el suelo y la cultura de tu tierra, matizados por tu exquisita sensibilidad enológica? Bien, a no ser que hayas nacido en familia con viñedos te será bastante complicado cumplir esta fantasía, pero para eso existe un juego como Hundred Days, un completísimo simulador que no se deja fuera ni una sola parte del viaje de la cepa a la copa: elección de uvas, gestión del viñedo, riego y protección contra enfermedades como el mildiu, imprevistos climáticos, decisiones sobre el momento de la cosecha, las levaduras, la fermentación, las barricas… y finalmente el embotellado, el tipo de corcho, el diseño de la etiqueta y la venta. En fin, lo de catar el vino al final del proceso sí que se queda fuera.