16-3-2021
Un año después del establecimiento del estado de alarma en España y del pistoletazo de salida a doce meses de cierres intermitentes de bares y restaurantes y de restricciones de aforos y horarios, las cifras dejan claro que la hostelería ha sido una de las grandes damnificadas de la crisis provocada por la covid-19. Según datos de Hostelería de España, aproximadamente 85.000 locales bajaron la persiana de manera definitiva por falta de recursos financieros, dentro de un sector que ha experimentado una caída media de la facturación de más del 50%, lo que se concreta en pérdidas de unos 67.000 millones de euros.
De los más de 900.000 trabajadores que se encuentran en situación de ERTE en nuestro país, la mitad pertenecen a este sector y, de ellos, 327.000 trabajan en la restauración, lo que supone un 30,9% del total de empleados de este ámbito. En los dos primeros meses de 2021, la facturación ha seguido sufriendo caídas de más del 60% y desde Hostelería de España calculan que en el primer trimestre del año otros 15.000 locales echarán el cierre, con lo que desparecería un tercio del sector.
El pasado viernes 12 de marzo, el Gobierno de España anunciaba por fin la puesta en marcha de un fondo de ayudas directas a empresas y autónomos de 7.000 millones de euros, a las que podrán acceder quienes hayan sufrido una caída de la facturación de al menos el 30% con respecto a 2019, y que facilitará el pago de gastos fijos y deudas a los sectores más perjudicados por la pandemia. José Luis Yzuel, presidente de Hostelería de España, recibe de manera positiva el hecho de que el Gobierno haya optado finalmente por las ayudas directas, aunque con matices, puesto que en su opinión hay mucho margen de mejora. “Las ayudas van en la línea de lo que venimos reclamando desde hace mucho tiempo, y en este sentido, valoramos positivamente que el Gobierno por fin haya entendido que esta es la única vía posible para la supervivencia de las empresas. Lamentamos que las ayudas llegan muy tarde para las casi 100.000 empresas que han echado el cierre definitivamente y, por otro lado, también creemos que son muy insuficientes, ya que están planteadas para diversas actividades como son transportes, aeronáutica, cultura, deportes, y por supuesto, también hostelería”. Desde Hostelería de España consideran que aproximadamente la mitad de los trabajadores del sector de la hostelería que hoy en día están en situación de ERTE tiene en riesgo sus puestos de trabajo si no se implanta un “plan de rescate a la hostelería serio”.
Además de las ayudas directas, la organización empresarial hace hincapié en la necesidad de otras medidas de apoyo en distintos ámbitos, como el higiénico-sanitario, el empleo, el apoyo a la estructura empresarial sectorial, la aplicación de bonos de activación de la demanda a familias y empresas, la reducción temporal del IVA en hostelería o la elaboración de un Plan Estratégico de la Gastronomía, que ya han presentado al Ministerio de Turismo. “Miramos con absoluta envidia los 10.000 € por mes cerrado en Francia o el 75% de la facturación del año anterior de Alemania. También destacamos otros países como Luxemburgo, con ayudas del 85% de la pérdida de facturación, o Países Bajos, con ayudas a fondo perdido por 40 millones de euros. Además de Reino Unido, Francia, Italia, Dinamarca o Luxemburgo, que también cuentan con ambiciosos planes de rescate”, continúa el presidente de Hostelería de España.
A la hora de valorar los últimos 365 días, José Luis Yzuel lamenta el hecho de que se haya utilizado a la hostelería como válvula, abriendo y cerrando establecimientos en función de los datos del virus, y que se haya culpabilizado a bares y restaurantes de los repuntes de las cifras de la pandemia. “Esta excesiva criminalización de la hostelería es inadmisible porque los últimos datos de contagios por actividades, recogidos por el propio Ministerio de Sanidad, reflejaban que en hostelería se producían el 2,3% de los contagios, frente a encuentros en domicilios, donde la cifra superaba el 15%. Cerrar la hostelería no tiene incidencia en la evolución de la pandemia, y una vez más lo demuestran los datos del Ministerio de Sanidad. Analizando la evolución de la curva en comunidades autónomas con medidas muy dispares se comprueba que el comportamiento es muy similar. Por supuesto que los criterios sanitarios tienen que imponerse y marcar la hoja de ruta, pero se ha demostrado que la contención de la pandemia es compatible con el mantenimiento de la economía”.
El pasado 9 de febrero el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco permitía reabrir a bares y restaurantes de esta comunidad al considerar que la actividad hostelera no suponía “un elemento de peligro cierto para la salud pública”, lo que, según Yzuel, refleja una coherencia con los datos que se venían analizando sobre el nivel de contagios en el sector. “Esperamos que siente precedente, ya que constata la desproporción y la falta de justificación con las que se han adoptado las medidas. Esto puede tenerse en cuenta en las reclamaciones patrimoniales que se están emprendiendo”.
En un sentido más positivo, Yzuel comenta cómo este año de pandemia también ha traído al sector una serie de tendencias muy marcadas que muy probablemente terminarán imponiéndose a corto y medio plazo. “La digitalización está a la cabeza para mejorar los procesos, tanto de producción como de comercialización. Se van a producir nuevos momentos de consumo que supondrán nuevas oportunidades para el emprendimiento, y la comida a domicilio y para llevar seguirá experimentando un auge que se sumará a la oferta integral de los negocios. Por último, nos encontraremos con una hostelería con una gestión muy mejorada, en la que la eficiencia en los procesos y la profesionalización van a primar”.